Tradúceme.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Todos los besos que me debes...

Todos los besos que me debes...
Una cuenta pendiente que crece y crece. Una deuda que reclamar. Un pago que querría inmediato.
La paciencia y la prudencia, ¿virtudes? ¿defectos?  Quizá lo sean si lo son en exceso.
Excesivamente paciente¿se puede pecar de eso?  Quizá parece que espero y que olvido, todos esos besos que me debes. Que no quiero que abones lo que adeudas, porque no exijo su pago. Porque espero que sea el deseo de devolvérmelos uno a uno el que te traiga de nuevo a mí. Porque nunca soy lo que se espera de mí. Porque siempre hago mucho, o hago poco, pero nunca en la cantidad correcta.
Excesivamente prudente ¿también se puede pecar de eso? ¿quién no calcularía los riesgos de perderte por querer tenerte? quien no estaría atenta a una palabra de más, a una de menos. Estos pies de plomo me atan al suelo y no dejan que me mueva. Y las alas se me atrofian, se encogen dolorosamente de no poder alzar el vuelo ¿nunca me has visto volar? ¿no querrías verme volar?
Hasta ti, y hasta todos los besos que me debes...