Con el otoño entrado aunque no sentido. Con las palabras revoloteando todo el tiempo en mi cabeza, para mi siempre tan sentidas. Con la certeza de conocer todo mi pasado, y, algunas veces, la osadía de creer conocer mi futuro. Con más de la mitad de mi vida recorrida. Con lo que he ido acumulando, y perdido, todos estos años. Sabiendo que quizá, y solo quizá, he sido parte en la vida de otros. Puede que tan solo un pequeño episodio, unas horas compartidas de alguna manera. Un recuerdo breve que viene a la memoria en una conversación en la que se habla de algo sucedido hace tiempo. O tal vez no. Tal vez no soy tan siquiera eso. Deseosa de hablar de como me siento en realidad, de verdad, sin medias tintas, sin temer ese qué dirán con el que sin querer me educaron. Volcar de una vez ese recipiente que he ido llenando durante tanto tiempo y en el que, algunos días, no cabe ni una gota más. Sujetando ese peso, que solo yo veo, que solo yo siento. Buscando respirar. Conociendo la respuesta, que está justo en ese pasado que conozco. en las páginas que puedo ir pasando una a una, releyendo. Volviendo al origen. A ese anonimato absoluto. Volveré al principio y quizá encuentre el camino, otro camino. Y si no lo consigo, mientras lo recorro, seré yo otra vez...
Con el otoño de mi vida entrado. Con mis hojas cayendo. Sin primavera que esperar tan solo invierno