Tradúceme.

sábado, 30 de agosto de 2014

Cerraste los ojos a mi lado, como tantas veces después de hacer el amor. Hacía frío y me pegué a ti, y tú me rodeaste con tus brazos para tenerme todavía más cerca. Era de noche y  la habitación estaba en penumbra, una luz tenue entraba por la rendija de la ventana. No eran más que las farolas de la calle, pero quise imaginar que era la de la luna llena. Te oía respirar tranquilo, sereno, sosegado, saciado de mí. Te llené de pequeños besos y te susurré cuanta palabra de amor salía de mi corazón. Sentí como te abandonabas al sueño teniéndome aún entre tus brazos. Guardé silencio y me quedé quieta para no despertarte, era la primera vez que dormías junto a mí. Morfeo quería cerrar mis ojos, sumirme en el mundo de los sueños donde nunca puedo tenerte. Donde mis miedos gobiernan y siempre me alejan de ti. No quería dormir, si lo hacía despertaría. Si despertaba me daría cuenta de que no estabas, que una vez más soñaba despierta. Que ya te habías marchado, y que las sábanas estaban frías. Que lo que recorría mi cara no eran tus besos si no solamente mis lágrimas.
No quería dormir, no quiero despertar.
No sé si tengo los ojos abiertos...o cerrados.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Proyectos.

Lo de hacer otra presentación esta más o menos en marcha. He de decidir una fecha y buscar a alguien que me acompañe. Solo hay una persona que podría hacerlo.
Me asusta y me ilusiona a partes iguales ,bueno, quizá haya un poco más de lo primero que de lo segundo. Creo que lo mejor es no pensar demasiado en ello, como decía el otro día, dar rienda suelta a mi corazón.
Cuando haya fecha concreta procuraré que se entere el máximo de personas posible, aunque entendiendo que ya no es lo mismo. La primera vez fue casi una fiesta para celebrar que mi libro había visto la luz, en esta ocasión será algo mucho más formal y además está la distancia, pero...siempre hay una primera vez para todo ¿no?
Quizá estoy siendo ambiciosa, y no suelo serlo, es que...hay momentos en los que me siento con alas y lo único que deseo es volar. Si me estrello lo haré yo solita y no haré daño a nadie, solo a mí, y yo, sé como apañarme con las cosas que me duelen. He perdido muchos sueños a lo largo de los años, y aun así, he seguido soñando. ¿Qué puedo perder? La gente suele decir que no tengo autoestima así que no puede venirse abajo.
Lo tomaré como una nueva experiencia.

martes, 26 de agosto de 2014

Envidiosa.

Hace un ratito andaba de paseo por Facebook cuando he tropezado con algo que le ha gustado a alguien. Una entrada en el blog de Lourdes Montes, la esposa de Francisco Rivera. Por curiosidad he pinchado y he leído lo que había escrito. A parte de hablar bien de Ronda, de su esposo y de su casa, nos mostraba el modelito y los complementos que lució la noche del  pregón (Fran ha sido el pregonero) del inicio de las Fiestas, con gran lujo de detalles y fotografías incluidas. Después he leído alguno de los comentarios que había en Facebook, en casi todos la envidiaban por su pelo, sus ojos, su tipazo, su ropa, y esas cosillas. Y me he descubierto sintiéndome envidiosa, pero no porque ella sea guapa, joven y etc... Lo que envidiaba eran los veinticuatro comentarios que había en su blog.
Que aquí no suela haber ninguno no dice mucho de mí como eso que sueño ser, ¿no? Y suplicarlos la verdad es que ya casi los supliqué una vez...
En fin...
Si nadie tiene nada que decir quizá es que todo es, como en el chiste, perfecto.
De todas maneras, gracias.

lunes, 25 de agosto de 2014

Incapaz de aprender.

Enséñame a ser como tú.
A encontrar mil cosas más importantes que lo que siento por ti, o al menos, un par. A amanecer sin pensar en ti, a dormir sin pensar en ti.
Enséñame a no soñar contigo.
A no vivir en un continuo anhelo por ti.
Quiero poder respirar sin usar el aire que hay en tus besos.
Que me lata el corazón, solo, sin que sea un mero acompañamiento del tuyo.
Quiero ver con mis ojos sin tener siempre la mirada perdida en los tuyos.
Quiero que no me importe, el tiempo que pasas sin mí.
Enséñame a ser tú, quiero aprender a no ser yo.

sábado, 23 de agosto de 2014

Pensando...

Hay veces en que algunas de las cosas que pienso, alguno de esos proyectos que luego no soy capaz de llevar a cabo y que no cuento a casi nadie, los escribo aquí. Sigo teniendo esa extraña sensación de que nadie me lee, o al menos que no prestan mucha atención a lo que digo.
Llevo algún tiempo pensando en hacer otra presentación de mi libro, desde luego fuera de esta hermosa ciudad que me vio nacer. He pensado en la "capital de nuestro pequeño reino". Esa ciudad que siento decir que no me gusta demasiado, quizá porque he terminado asociándola a malos recuerdos. Esa ciudad de la digo que no soy, porque yo soy de aquí, y no de allí. Incluso he pedido información a una librería, y me han respondido. Dicen que el editor suele acompañar al autor. Aunque en mi caso el editor no tiene tampoco ni pajolera idea de quién soy, supongo que no les importará que vaya sola. Esa es otra cuestión, sola. Tengo familia en esa ciudad, el termino sola no es literal pero...Aquí estuve entre amigas, compañeros, familia, y aun así no me resultó fácil hablar en público ¿sería capaz de hacerlo ante desconocidos? Eso en el caso de que a alguien le interesase asistir.
Me gusta mi libro, me llena de satisfacción cada vez que alguien me dice cuanto le ha gustado, y supongo que eso es lo que me envalentona. Yo lo encuentro hermoso y la verdad es que me gustaría verlo en...en fin...soñar como ya he dicho alguna vez no me resulta difícil. No quiero sacar los pies del tiesto, ni ser pretenciosa. Lo único que quiero es escribir, y tengo siempre esa sensación de que se me acaba el tiempo, de que voy tarde, de que no soy lo bastante buena, de que no comprarán mi libro más que aquellos que me conocen y quizá llevados un poco por el compromiso de una amistad, de un cariño, de simplemente no hacerme el feo...
Cuando pienso mucho normalmente no hago nada. Soy capaz de dar un millón de vueltas a un mismo asunto para volver al punto de partida sin haberme movido. Aunque también sé que soy capaz de levantarme mañana, cerrar fecha y concretar hora sin que me tiemble el pulso. Sin pensar, solo, como diría Valentina, sintiendo y haciendo aquello que hace que me lata el corazón.
Mi corazón y mi cabeza suelen debatir como los de ella. El uno es osado y valiente, la otra excesivamente prudente y cobarde.
En fin...si me levanto siendo toda corazón de aquí a unos días...

martes, 19 de agosto de 2014

El final...

Tomar conciencia de lo que eres, escuece, duele. Bajar de la nube perpetua en la que te escondes. Abandonar el refugio de los sueños y de la imaginación y tomar contacto con el suelo, duro, frío. Tener la certeza de que todo aquello que has deseado, sólo lo has deseado tú. Que los anhelos no son compartidos, que nunca lo han sido. Sabías que pasaría, lo has temido todo este tiempo. Ya no hay vuelta a atrás, has ido quemando tus barcos uno a uno, agotando los días poco a poco. No hay otro remedio que continuar, seguir adelante como puedas, aguantar ¿hasta cuándo? ¿hasta dónde? Quién sabe...
El futuro es tan incierto, lo único seguro es el pasado. Sabes lo que hiciste, pero no lo que puedes ser capaz de hacer. Tomaste las decisiones que te han traído hasta aquí, y ahora...ya solo puedes prolongarlo un poco más, tan solo un poco más.
Dentro de una semana...
Vuelves a trabajar.

sábado, 16 de agosto de 2014

Agosto.

Mitad del mes de agosto.
¿La oyes?
Es nuestra tormenta amor mío. La naturaleza vive con nosotros nuestro calor, nuestro encuentro, nuestra pasión. Desencadena toda su fuerza tratando de imitar la que tiene este amor. Ruge, porque nos oye gemir. Abre el cielo en dos haciendo que la noche resplandezca, porque lo que sentimos está lleno de luz.
¿La oyes?
Se acerca, se huele en el aire, se siente en la piel.
 La tierra se prepara para recibirla, y yo, para recibirte a ti.
Se humedecerá con las primeras gotas, y yo, con tus primeras caricias.
Se beberá la lluvia sedienta, y yo, me beberé tus besos.
Se entregará a la tormenta para que la empape, para que calme su deseo, y yo, me entregaré a ti avivando el tuyo, haciendo que estalle en los dos.
Es nuestra tormenta, la que se desata cada vez que me miras, cada vez que me tocas...
¿La oyes?
No hay verano sin tormenta.
Y no soy yo...sin ti.

sábado, 2 de agosto de 2014

De película.

Miraba su vida desde fuera.
Así lo que le dolía, era a otra a quien le hacía daño. Y cuando era feliz, lo era tanto que no podía ser a ella a quien le correspondiese tanta felicidad.
Algunas veces caminaba por la calle y pensaba que lo único que le faltaba a ese momento era una buena banda sonora. Trataba de ver sus días como si fuesen una película. Salir de su piel y entrar en la de otra. Olvidaba años enteros de su adolescencia o de su juventud. Aislaba todos esos momentos en los que no se había sentido bien, y los olvidaba. Hasta que llegó un momento en que no tuvo conciencia de tener un pasado. Su vida era como un episodio de una serie cualquiera. Ya no distinguía entre lo que era realidad o fantasía. No sabía si soñaba o estaba despierta. Si lo que recordaba había sucedido en realidad o lo había inventado para ella, a su antojo, a su medida.
Una mañana al despertar, había olvidado su nombre.
Quizá su vida se había acabado sin que se diese cuenta. Tal vez por esa pantalla imaginaría en la que se desarrollaba desfilaban ya lentamente los títulos de crédito, a los que nadie suele prestar atención. Y de un momento a otro...
FIN
Y fundido a negro.