Tradúceme.

viernes, 29 de enero de 2016

En un abrir y cerrar de ojos...

Cierro los ojos, estás aquí. Ya no tengo hambre ni sed de ti, bebo de tu boca y como de tu cuerpo. No hace frío, tu piel cubre mi piel...y te siento...te siento...te siento...
¿Duermo? ¿Sueño? No, vivo.
Abro los ojos, ya no estás, te has ido. Aun así, sonrío.
Volverás, amor mío...en el siguiente parpadeo.

domingo, 24 de enero de 2016

Encuentro...

Camino por la calle. El paso firme, seguro, mis tacones golpeando el suelo. Te veo a lo lejos, demasiado a lo lejos. ¿Cómo he podido distinguirte con tanta distancia? En otro tiempo diría que había sido mi corazón, pero ya no soy esa. Te llevas el cigarrillo a los labios, aún no has dejado de fumar. Recuerdo el sabor del tabaco en tus labios, en los míos. Sigo caminando, ya no me das miedo. Fijo la mirada en tus ojos. Incluso desde tan lejos sé que me has visto, miras nervioso a tu alrededor. Sí, estás acompañado ¿trabajo? ¿amigos tal vez? Desde luego nadie con quien me quieras ver. No voy a cambiar de acera, ¿por qué iba a hacerlo? No soy yo quien se quiere esconder. Sientes el desafío en mi mirada, en mi manera de caminar. Tiras el cigarrillo al suelo y aplastas la colilla, bajas la vista concentrado en el movimiento de tu pie. Sonrío ¿has apartado tus ojos para ocultarte de mí? ¿eso es lo que quieres? Quieres que no te vea, que finja no conocerte, que aparente que no eres nadie, que no has sido nadie. Bien, puedo darte eso si lo deseas, igual que te he dado tantas cosas que has deseado. Sé que ahora mismo las imágenes de todos esos momentos se están agolpando en tu cabeza, y que probablemente se hacen eco en tus pantalones aumentando... tu incomodidad. Sé que me estás recordando desnuda sobre ti, que casi puedes sentirte dentro de mí, Sé que notas el tacto suave de mi piel en tus manos, que casi puedes sentir las caricias de mi boca...
Llevo los labios pintados de rojo, simplemente levanto la cabeza y sonrío al pasar sin girarme, sin mirarte, cerca, muy cerca...Tú has olido mi perfume y yo he oído el galope desenfrenado de tu corazón...Cuanto me alegro que no sea el mío el que lata así. Busco el teléfono en el bolso y lo apago sin miramiento, sé que no tardarás. Cuando lo enciendo horas más tarde casi no puedo contar las llamadas perdidas, tus llamadas perdidas. No sé qué quieres, o tal vez sí, pero todavía no voy a satisfacer tus deseos...ahora toca satisfacer los míos...

lunes, 18 de enero de 2016

Sherezade II


Abriste al oír mis tacones detenerse en la entrada, ni siquiera tuve que tocar el timbre.
Sin tiempo, con prisas, casi con arrepentimiento. Tratando de convertir los segundos en minutos mientras nos arrancábamos la ropa. En la penumbra de la habitación el zumbido del aire acondicionado, como siempre, le hizo los coros a mis gemidos. Sí, no quería ser callada, ni comedida, y me da igual lo que piensen tus vecinos.
Cuarenta y cinco minutos después te dejé ordenándolo todo, como si allí no hubiese pasado nada.
Esta vez ni siquiera hubo un te quiero, quizá has decidido dejar de mentirme.

Me has llamado desde ese día varias veces, y no te he contestado. No estoy enfadada, ni dolida, no... no es eso... pero puede que eche de menos las mentiras.
¿Aún deseas oír mis historias...mi señor?

domingo, 10 de enero de 2016

Sherezade

Vuelves, regresas de sabe Dios donde, y me buscas. Nunca te pongo difícil el encontrarme. La vida, mi vida, me regala un momento libre. Salgo de mí para ser yo, y soy para ti
Me abrazas, me tiras del pelo, me besas, llenas mis oídos con tus fantasías haciéndolas mías. ¿De verdad me has echado de menos? De nuevo me cuentas que la amas más a ella que a mí, quieres ser honrado. Me hablas de los muchos hombres que seguramente me han deseado, me haces preguntas, exiges respuestas y distraes mi boca de lo que en ese momento es su juguete. ¿Quieres que desee a otros hombres? ¿Quieres ver como otro me hace suya? Respondo sin ganas sólo quiero sentir ahora, no quiero pensar, en nada, en nadie, casi ni en ti. Déjame perderme en tus caricias, en ese mundo imaginario que creas para mí. Yo no pregunto, no quiero saber, pero no consigo silenciarte con mis labios. No me gusta saber que deseas a otras, me hace sentir mucho más prescindible de lo que ya soy. Pero forma parte del juego, no soy más que una fantasía para ti, una que haces realidad de vez en cuando. ¿De verdad no puedes vivir sin mí? Quieres que viva todo tipo de placeres, todos lo que tú seas capaz de imaginar para mí. Envuelta en orgasmos te digo una y otra vez, sí, sí, sí, sí. ¿Quién podría negarse?

Te sorprende que haga tanto que nos conocemos, te sorprende que te sorprenda. Quizá el misterio está en mi silencio, eres curioso, y al igual que hacía Sherezade guardo el encanto de mis historias... para continuarlas mañana por la noche, mi señor.