Tradúceme.

sábado, 22 de agosto de 2015

Impasible.

Resistía el impulso, el deseo de golpear en el pecho a aquella figura impasible. 
Quería zarandearlo, gritarle, ¡¡¿Por qué?!!. Quería hacer o decir algo que lo hiciese enfadar, que le devolviese los gritos. Quería que mostrase sus sentimientos, sus emociones. Debía sentir alguna cosa, por ella o contra ella. No era posible que todo pasase a su lado como si no lo tocase. Cómo podía verla sufrir, verla llorar, ver como cada día se aferraba a una ilusión que desaparecía. Cómo podía verla luchar por no rendirse, y no tenderle una mano para ayudarla. Cómo podía decirle que la amaba, y no abrazarla para protegerla. Cómo podía verla recomponer sola una y otra vez ese corazón que él rompía, y no recoger del suelo ni un solo pedazo para ella. Cómo era tan frío. ¿Acaso no sentía su calor cuando la tenía cerca?
Ya no tenía nada más para poder darle. No le quedaba nada, se había vaciado por completo. Arañaba cada día los restos de aquel amor, reuniéndolos en un intento vano de darle vida otra vez. Aún le quedaba un hálito de esperanza. Si él se diese cuenta de cuanto lo amaba. Si la mirase a los ojos tal vez la viese. Si se despojase de aquella coraza tras la que se escondía, tras la que se parapetaba. Si dejase hablar a su corazón...Si por una vez perdiese esa fría e impasible compostura.
Si dejase de mirarla como ahora, desde lejos, con la indiferencia que uno muestra a un loco... a una loca...

martes, 18 de agosto de 2015

Calígine.

Nunca vio el mundo como los demás. Sus ojos eran distintos.
No existían límites. Su mundo no estaba bordeado de ese trazo oscuro que delimita los objetos, como en los dibujos que otros coloreaban de niños. Nada era preciso. Todo se difuminaba y cambiaba.
Su imagen en el espejo era un bosquejo, un boceto. Formas de colores suaves, una figura aún sin terminar. Su pelo era una nube oscura, sus ojos un simple borrón. Su nariz aparecía sin perfilar. Sus labios apenas eran un trazo con color. El resto de su cuerpo parecía envuelto en la neblina, en la bruma de un amanecer. Sus manos apenas cobran forma en la distancia. Igual pueden ser manos que alas, igual podría... echarse a volar.




martes, 11 de agosto de 2015

En ausencia de ti.

En ausencia de ti.
En ausencia de tus ojos, de tu boca, de tus manos, de tu cuerpo...de tu alma.
En esta negrura fría y eterna que cubre mis noches y mis días...en ausencia de ti.
En este silencio ominoso que solo el de tus besos puede desplazar.
El silencio de tus besos, el silencio de tu amor, el silencio de amarnos...roto por suspiros, gemidos, jadeos, gritos...que no oigo en ausencia de ti.
En ausencia de ti, respiro, intentando encontrar tu olor en el aire.
En ausencia de ti, duermo, queriendo soñarte y retenerte en mis sueños.
En ausencia de ti, mi corazón late, suplica, grita tu nombre en cada latido.
En ausencia de ti.
Sin todo eso, sin nada, esperando que tu presencia me haga vivir.
En esta desesperante locura, sola
Acaba con ella, termina, sálvame de ella, libérame de ella...vuelve.
Quiero dejar de sentir.
Esta ausencia de ti.