Mi deseo bebe de la fuente de tus palabras. Crece y se alimenta de la fuerza de mi imaginación.
Siempre palabras entre tú y yo.
Palabras enviadas lejos que se pierden. Que se pierden entre las nubes. Que se quedan prendidas en las cumbres de lejanas montañas. Mojadas por la lluvia, desechas por el viento.
¿Quién sabe dónde van a parar las palabras perdidas?
Las palabras de amor que nunca encontraron su destino. Los corazones que se rompieron por su ausencia, por esperar palabras que nunca llegaron. Palabras mudas y frías sobre un papel, sin ninguna entonación. Tan llenas tal vez de sentimientos y pareciendo tan vacías.
Mi amor bebe de la fuente de tus palabras. De la unión de cada una de las letras que componen nuestro amor. De ese pasado aún reciente. De ese futuro siempre tan incierto. De este presente tan intenso. De esa vida nuestra inexistente, ficticia, y a la vez tan real.
Mis sueños beben de la fuente de tus palabras. Sueños en los que eres mio, sin palabras, con silencios. Silencios rotos solo con gemidos, con jadeos, con suspiros, con gritos. Gritos ahogados por besos. Besos profundos, lentos, largos, sin pausa. Besos que son la caricia más completa que se pueda sentir. Besos escritos con palabras,
Siempre palabras entre tú y yo.
Un amor, reducido a unas pocas sílabas.
Tú y yo.