Tradúceme.

viernes, 10 de febrero de 2017

Si lo hubiese sabido...

Debiste decírmelo, dijo ella.
Decirte qué, dijo él.
Aquel día, cuando nos conocimos, cuando el destino me puso en el camino correcto, en el que llevaba a ti. Debiste mirarme a los ojos y decir...
"Un noche de verano dentro de algún tiempo te invitaré a cenar. Tú aceptarás sin dudar porque para ese momento yo ya habré empezado a distinguirme entre los demás. Aceptarás porque tu alma reconoció a la mía en el mismo momento en que nos vimos. Porque tu corazón ha ido sintiendo al mío poco a poco, día a día. Esa noche te besaré por primera vez, aunque ya haya imaginado ese beso cientos de veces. Esa noche te estrecharé en mis brazos por primera vez, aunque haya deseado ese contacto miles de veces. Esa noche te diré que te quiero por primera vez, aunque mi corazón lleve gritándolo mucho tiempo. Esa noche serás mía, seré tuyo, por primera vez, aunque en mis sueños te haya hecho el amor cada noche. Ahora no lo sabes, pero me amarás como nunca has amado a nadie, y yo te amaré en la misma medida. No querrás alejarte de mi, y yo, querré estar siempre a tu lado. Nos haremos promesas que no nos costará cumplir, porque todas ellas implicarán amor. Porque el nuestro fue un amor de almas antes que de cuerpos."
Si te hubiese dicho todo eso, me habrías mirado como si estuviese loco, dijo él.
No amor mío, yo hubiese hecho caso a mi corazón mucho antes y no hubiésemos perdido todo ese precioso tiempo, dijo ella.
En el beso que hubo después de esas palabras no hablaron ninguno, aunque se entendieron muy bien...en ese largo silencio.