Quizá dentro de un par de meses, puede que menos, le cambie el nombre al blog. De todas maneras si hay alguien que lo lee podrá encontrarlo de la misma manera, lo único que cambiará será, por decirlo de alguna forma, es el título, no la dirección.
Cuando hace unos años escribí "Desde mi lado" me libré, también por decirlo de alguna manera, de todos esos pensamientos oscuros, tristes, lúgubres, llenos de muerte y enfermedad, que tenía a todas horas en el pensamiento. No puedo decir que haya dejado absolutamente de pensar en ello, porque trabajo cada día codo con codo con esas dos "compañeras tan feas", pero si que dejó de ser una constante cada vez que me sentaba a escribir.
Un día alguien me preguntó ¿Qué es estar enamorada?. Le respondí que sentirse muy viva, que todo era más cuando se amaba. Se reía más, se lloraba más, que los sentimientos estaban más a flor de piel, y que descubrías cosas que no sabías de ti misma. Tienes una luz distinta en los ojos, y nada es igual que era antes.
Sé que probablemente no es es una explicación racional, pero hablábamos de amor, y nada es racional cuando se ama. Entonces mis pensamientos se llenaron de todo eso y comencé a escribir párrafos sueltos en los que el amor era protagonista. Cartas llenas de lo que pensaba que se siente cuando amas sin que nada más importe. Cuando el amor está primero y todo lo demás después.
Vais a conocer, espero que queráis conocerla, a Valentina. Ella no ha nacido ni mucho menos con mi libro, en realidad debe tener más de diez años, pero no penséis que es una niña. Siempre estuvo ahí, y yo la hice protagonista de su propia historia de amor.
Si estabais pensando que os iba a contar el argumento del libro, os habéis equivocado. Lo que si os digo es que queda poco, muy poco, para que sea totalmente una realidad.
Pensé que si escribía todo eso que se generaba dentro de mi acabaría, de nuevo por decirlo de alguna forma, con todas esas palabras de amor, con toda esa pasión, con todo ese estar continuamente "enamorada". Y no ha sido así. Cada vez que me siento a escribir aquí, vuelven a salir sin que pueda evitarlo.
A escribir me lleva un impulso, y me gusta hacerlo sin pensar ni planificar demasiado lo que estoy escribiendo, sólo dejando que salga de mí. Y Valentina sigue estando dentro de mi. No, no hay de que preocuparse no se trata de una posesión diabólica ni de un trastorno de personalidad múltiple. Es sólo que quizá no he vaciado del todo el pozo donde nacen todas esas palabras, y sigue habiendo más.
Cuando me releo, la veo a ella, me veo a mí, creo que me he acostumbrado a dejar que hable por mí.
Quizá este blog debería llamarse Las divagaciones de Valentina.
Puede que cuando la conozcáis ella no os caiga bien. La verdad es que estoy deseando que eso pueda ser. Se la he presentado a quien comparte conmigo horas y horas de trabajo, alguien que ya no es para mí sólo una compañera si no mucho más, y su opinión me ha dado una alas que a ratos quieren desplegarse y volar. Para mi soñar no es difícil, tengo cierta facilidad, y ato mis pies al suelo porque llevo mal los batacazos, para eso...también tengo cierta facilidad. Mi corazón es arriesgado, pero mi cabeza me pide siempre prudencia. Esperaré a ver que pasa...
En fin, escribir de lo que sea no me cuesta, y para muestra...este botón...