Tradúceme.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Pesadilla.

No volvería.
Caminó sin mirar atrás, sintiendo como sangraban cada una de las heridas que se había hecho a si misma. Sujetando su corazón con ambas manos, tratando de unir los pedazos. Sabiendo, que nadie lo haría por ella. No había existido, sólo fue una sombra. Aguardaba en la oscuridad con el alma en vilo esperando que sus ojos la sacasen a la luz. No la vio. Espero, pero él no la vio. 
Y ella, mientras caminaba alejándose de allí, simplemente, desapareció. Y nadie supo nunca si en realidad había llegado a existir. Nadie pregunto por ella. Nadie la echó de menos.
Quizá si él la hubiese visto...