Arquitecta y diseñadora de Castillos en el aire busca empleo.
Si no dispone de mano de obra, ella misma colocará uno a uno todos los ladrillos imaginarios que requiera la construcción. Si no sabe crearse esperanzas e ilusiones para amueblarlo, puede contar también con sus servicios. Una vez esté acabado encontrará en él hasta el último de los detalles más preciosos y precisos. Tan amplio como lo quiera, tan alto como desee, con los cimientos más sólidos que puedan crear las nubes. Podrá vivir cómodamente en su Castillo en el aire durante mucho tiempo. Disfrutar de la calidez de sus paredes, de la luz que lo rodea, de los colores, y de todo aquello que su imaginación sea capaz de añadir al edificio original.
Es cierto que en su curriculum cuenta con múltiples derrumbamientos. Que muchos de sus Castillos se han venido abajo en el momento más inesperado. Pero nadie es capaz de crear como ella, de imaginar como ella, de ilusionarse como ella. No se la puede culpar de querer ir siempre un poco más allá. De vez en cuando estos Castillos necesitan de un sueño cumplido, de un deseo realizado, necesitan de una pequeña dosis de realidad para mantenerse en pie. Necesitan que alguien crea en ellos, y que quieran compartir la magia de la que están hechos. El propietario o propietaria necesitará que alguien le eche una mano para reparar los daños que causan la desesperanza, la desilusión, el desamor, la soledad, y la perdida de todos los sueños. Si no es así...inevitablemente el Castillo se desmoronará.
Yo he visto esos Castillos con mis propios ojos, y no hay nada más hermoso. Dibujan una sonrisa en cualquier rostro y deshielan cualquier corazón.
Lleva en paro algún tiempo, dice que se ha quedado sin imaginación, que se le está enfriando el corazón, que se le mueren las esperanzas, que se les escapa entre los dedos el amor. Su trabajo es su pasión, no sabe vivir con los pies en el suelo.
Si alguien necesita su talento...