Tradúceme.

domingo, 28 de junio de 2015

Olía a él...

Olía a él. Su olor se le pegaba a la piel.
Sabía a él. Su sabor recorría todavía su garganta.
Podía verlo. Con los ojos del amor que sentía, sin cerrarlos, sin imaginar. Era tan real que si alargaba esa mano que aún conservaba su fragancia...¿lo tocaría?
Se llevaba las manos a la cara, a la boca, a la nariz. Aspiraba con fuerza aquel aroma y volvía a estremecerse de placer. Lo buscaba en ella. Buscaba su rastro, aquel olor, el de su piel, el de su amor. Buscaba el calor de sus caricias, la fuerza de su abrazo, el peso de su cuerpo. Sentirlo de nuevo dentro de ella. Con la lengua recorría el interior de su boca, saboreando los restos de sus besos. Evocando el sabor de su más íntima esencia, la que él había derramado para ella.
Sí...aún olía a él...

viernes, 26 de junio de 2015

Quizá algún día...quién sabe..

Le regaló una canción. Unos minutos de música con unas cuantas frases que hablaban de amor.

- Quiero que la oigas  - le dijo ella
.¿Por qué? - preguntó él.
-No sé.. porque me gusta. Porque habla de ti, de mí, de lo que sentimos. Guárdala.- dijo ella.
-¿Para qué?- preguntó él .
-Porque quizá algún día necesites volver a conquistarme. En una noche de verano a la orilla del un río después de una tormenta. Mientras esperamos que el cielo se despeje, y las nubes, nos dejen ver las estrellas. Quizá algún día, quién sabe, puede que quieras decir algo y no encuentres las palabras. Puede que decir te quiero se te quede pequeño y quieras decirme que me amas. Puede que quieras pedirme que me quede, que no me vaya. Quien sabe...quizá algún día...sea yo quien te haga falta.

Él esbozó una sonrisa y simplemente dijo.
-Gracias.


domingo, 21 de junio de 2015

¿El principio o el fin?

Un círculo, donde no se sabe cual es el principio y donde está el final. 
Todo empieza justo cuando termina. O todo empieza a terminar en cuanto da comienzo. Y aunque parece que nada es para siempre hay cosas que duran  una eternidad. Puede que solo sea que vuelven una, y otra, y otra vez.
Tus ausencias son eternas, no tienen final. La hora de tu marcha está marcada en tu hora de llegada. Como un billete de tren de ida y vuelta sin posibilidad de cambio alguno.Y te vas aun antes de llegar. Los saludos son también las despedidas. Un todo que parece nada. Una nada que parece todo. Como un verano que solo durase un día, dando paso a un eterno y apagado otoño. Como un invierno con tan solo unas horas de ansiada primavera. Como un solo rayo de sol en mitad de un cielo lleno de nubes. Como una simple y pequeña gota de agua en medio de un árido desierto. Como unos labios que no pudieran dar más que un solo beso. Unos ojos que no pudieran mirar a la vez. Un corazón en el que la sístole no encontrase a su diástole. Como un pecho que se vacía de aire y no pudiese volver a llenarse. Como dormir sin soñar. Como escribir con tan solo unas pocas letras. Como amarte sin que estés aquí...
Un círculo completamente incompleto del que no puedo salir.
Mi amor...por ti...sin ti...

sábado, 13 de junio de 2015

¿Pienso, luego existo?

Creaba, eso decían de ella, que era capaz de crear.
Solo escribía, escribía todo aquello que era capaz de ver en su mente. Solo ponía en palabras su imaginación. Y algunas veces quería ser alguno de aquellos personajes que imaginaba. Quería vivir sus vidas, quería que fuesen reales. Algunas veces no  importaba de lo que sus personajes carecieran. Algunas veces prefería tener ese nada.  Tal vez porque ella en apariencia lo tenía todo, pero esa era la palabra, apariencia.
Imaginaba vidas en las que las decisiones importaban, en las que había que tomar decisiones. Vidas en las que esos seres ficticios se arriesgaban a tomarlas. Tal vez porque ella haría, imaginaría, un final en el que todo terminaría más o menos bien. Algunas veces imaginaba que ella misma era un personaje que alguien escribía y describía. Que sus emociones estaban dictadas por la pluma de alguien que era capaz de crear, de imaginar, como ella. Se preguntaba si estaría imaginando un final feliz para ella, o si por el contrario no le estarían destinados más que problemas y lágrimas. Si todos esos pensamientos que llenaban continuamente su cabeza no eran más que la imaginación, la creatividad de otro. Y todo aquello no era propio, no le pertenecía, porque en realidad ella no era más que unas palabras en un papel. Tal vez en realidad, ella, no existía.
Quizá por eso, tal vez, algunas veces...prefería los puntos suspensivos al punto final...de esa manera todo estaría siempre...por acabar...

domingo, 7 de junio de 2015

Ya he escrito antes del tiempo.

El tiempo es mi enemigo pero no puede detenerse.
Hace que los momentos que disfruto pasen, pero igualmente hace que se vayan esos otros que no me gustan. Su fortaleza es su debilidad. Se ríe de mí trayendo lo que no quiero. Y yo me río de él, porque es él mismo quien acerca a mí lo que deseo. Si alguien pudiese poseer el tiempo tendría la mayor fortuna. Si yo pudiese ser dueña y señora del tuyo. Manejar a mi antojo todo tu tiempo. ¿Me serviría de algo? ¿O tendría que ser también dueña y señora de tu voluntad? Quizá no sea mi peor enemigo el tiempo, sino tú mismo, tu voluntad en contra de la mía. Y el tiempo no es más que tu excusa. Una excusa perfecta que no puedo rebatir.
Es probable que esto no sea más que otro bucle del tiempo, Una vuelta más de las agujas del reloj, Una estación más que sucede a otra, Una vuelta completa del planeta. Un día más igual que otro. He escrito esto mismo una y otra y otra vez. Intentando cambiar el tiempo, Ir marcha atrás. Quizá hacia adelante pero ¿Hasta dónde? ¿Existirá lo que sueño en algún momento en el tiempo? ¿Sera mío tu tiempo?
Ni tú ni yo tenemos la respuesta.
¿Sabes quién la tiene?.
Sí, él, el tiempo.

martes, 2 de junio de 2015

¿Tienes miedo?

El día que dejó de amar se libró del miedo.
Ese miedo continuo que la atenazaba, que la paralizaba. Ese miedo a no hacer lo que se esperaba de ella, a no ser como él quería, a no comportarse como debía. Ese miedo a equivocarse una sola vez y no ser perdonada. Miedo a dejar de ser perfecta, a no conseguir serlo. Miedo a hacer daño y a sufrirlo. Miedo a mirarse en sus ojos y que él no la viese. Miedo a desaparecer y que nadie la echase de menos. Miedo a ser...nada. 
Miedo a perder a quien amaba.
A quien amaba, sin miedo.
El día que dejó de amar se dio cuenta del tiempo perdido, teniendo miedo...al miedo.
El día que dejo de amar, y ya no sintió nada.