Tradúceme.
domingo, 11 de junio de 2017
¿Quieres existir?
No existíamos, solo eramos fragmentos de pasado sin ningún futuro, y con un presente casi inexistente. Nos inventamos, nos creamos a nosotros mismos. De la misma manera que Dios creo al hombre de un pedazo de barro nos dimos forma, con la única intención de amarnos. Y yo te creé, llenando mi alma de ilusiones y el corazón de amor. Y tú me creaste, moldeando con tus manos el cuerpo que deseabas, llenándote, llenándome de pasión y fuego. Consumamos el amor y este nos consumió. Resecó el barro con el que nos creamos, y la decepción de no existir, de no vivir en realidad, nos hizo añicos. Pedazos inconexos que el viento árido del desencanto convirtió en tierra, en polvo. Existimos en aquel breve tiempo en el que nos amamos, fugaz y efímero momento en el que el amor nos dio vida, yo te la di a ti, tú me la diste a mí. Y ahora, solo somos partículas arrastradas por la brisa, suspendidas en ese rayo de sol que se cuela a media tarde por mi ventana, por tu ventana. Puedo tocarte, sentir tu calor en la palma de mi mano. Me hace pensar que no existimos, pero que jugando de nuevo a ser Dios, podría volver a crearte.