El cursor late en la página en blanco. Pausado y rítmico. Mirando atrás para saber que escribo, porque siempre va un espacio por delante. Espera paciente que mis dedos tecleen lo que suele dictar mi corazón. Lo que algunas veces ni siquiera filtra mi cabeza. Lo que siento mucho más que lo que pienso. Retrocede si ve que me equivoco, o se adelanta dejándome un lugar en blanco, creyendo que tal vez voy a escribir algo importante. Duda...y me deja poner puntos suspensivos, soy adicta a ellos.
Y tras él va quedando una hilera de palabras. Sin mucho sentido pero siempre sentidas.
En estos días grises del mes que me vio nacer hace ya mucho años. El más corto, el más loco, el del amor, el del carnaval. Tantas cosas agolpadas, en tan pocos días. Queriendo acabar con el invierno, que parece tener intenciones de todo lo contrario. Queriendo oler la primavera en el aire cualquier mañana de estas. Queriendo tantas cosas...con tan poco tiempo...
Con tantos puntos suspensivos, siempre..
Con tantas cosas que decir, y tan equivocadas algunas veces...
Dejo que el cursor siga adelante con todos esos puntos, y yo, me escondo en la última palabra. Donde nadie me vea, donde nadie me escuche. Guardo silencio y oigo llover, un día más.
En este mes tan corto...