Tradúceme.
viernes, 2 de septiembre de 2016
Te espero.
Te espero, impaciente, como siempre. Me miro en el espejo una vez más preguntándome si te gustará lo que veas al llegar. Sonrío a mi reflejo, que me devuelve la sonrisa y el brillo en la mirada de una mujer que ama. Oiré tus pasos cerca de la puerta y esperaré a que llames, pero no te haré esperar. Te dejaré entrar y cerraré tras de ti. Cuando me gire me estarás mirando, con la sonrisa y el brillo en los ojos de un hombre que ama. Correré a tus brazos y me acogerás en ellos. Cerraré los ojos, aspiraré tu perfume, y mis labios rozarán la suave piel de tu cuello. Te besaré, me mirarás, me besarás, nos abrazaremos. Bromearé contigo, sobre lo mucho que has tardado y cuanto te he echado de menos. Tu silencio me pedirá perdón, y yo, perdonaré cualquier tardanza si tras ella apareces tú. Darás un paso atrás para mirarme, y yo, daré una vuelta, girando sobre mis tacones de aguja y riendo como una niña que muestra su vestido nuevo.
Me he arreglado pensando en ti, en lo que voy a sentir con cada prenda que retires. Imaginando tus manos deshaciendo nudos, liberando botones. En mi respiración contendida que empezará a agitarse. En la tuya, acompañándola. En tus caricias mientras me quitas poco a poco el vestido, en tus ojos cuando te encuentres con mi ropa interior negra. En la promesa que te hice de enseñarte a quitarme el liguero que me he puesto, en tus dedos enredados con él. En tus manos bajando mis medias poco a poco, y subiendo hasta mis muslos después. En las mías acariciando tu pelo mientras te arrodillas ante mí. En tu labios encontrándose con mi piel, y tu boca...perdiéndose entre mis piernas, arrancando de mi un suspiro que se convertirá en gemido...en el primero de muchos, hasta que el placer me haga gritar.
Te espero, impaciente, como siempre...no tardes.