Tradúceme.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Intentando escribir cartas de amor... En la memoria del corazón.

Hay lugares, momentos, que se quedan para siempre guardados en la memoria del corazón, y el corazón no olvida.
Por eso hoy, cuando no puedo alcanzarte en el tiempo, ni nos cobija el mismo cielo, ni respiramos el mismo aire, cuando siento que me he perdido al buscarte, voy a apelar a la memoria de tu corazón.
Será de noche cuando recibas esto, la noche del día del que quiero hablarte, el que quiero que tu corazón recuerde, en  el que quiero que me encuentres.
Las estrellas estaban en la punta de mis dedos, con tan solo alzarme de puntillas podía tocarlas. No faltaba ni una sola esa noche, el firmamento entero quiso ser testigo y parte. Trataba de competir en hermosura con la belleza de lo que sucedía en ese momento en la tierra. Intentaba ocultar con su brillo el de nuestro amor. Mi corazón no las ha olvidado, aunque en ese momento solo tenía ojos para ti. Ojos, manos, labios, piel, todo era tuyo, y todo tú eras mío. Y todo, sucedía por primera vez.
Los primeros besos llenos de pasión, las primeras caricias que incendiaban todo a su paso, la primera vez que me hacías el amor, la primera vez que me decías...te quiero.
Hubo muchas veces más, miles de besos, miles de caricias, cientos de veces que me has hecho el amor, pero nunca ha vuelto a haber estrellas.
Por eso hoy, ahora, en la noche del día en el que me amaste por primera vez, quiero que tu corazón las recuerde. En este momento en el que el tiempo me impide alcanzarte. En el que se ha vuelto del todo mi enemigo y me mantiene alejada de ti,  mi corazón me hace imposible olvidar...
En este momento sé...que quizá las estrellas no estaban esa noche en el cielo, estaban en ti. Que quizá no las he vuelto a ver brillar así porque las buscaba en la noche, y no en tus ojos, en tus manos, en tu boca, en tu piel. Porque ahora, ahora que no estás...se han apagado todas.
Búscalas, búscame, estoy en la memoria de tu corazón...
Y cuando el tiempo se detenga para que te alcance, o tú te gires y corras hacía mi dejándolo a él atrás.
Entonces, juntos, volveremos a encender todas las estrellas.