¿Me echarás de menos luego? preguntó ella. Claro que sí, respondió él.
Digo luego, en cuanto me dejes, en el momento en que tus ojos ya no tengan a su alcance a los míos. Digo luego, no mañana, ni pasado, ni dentro de una semana, luego...
Luego, cuando tu piel deje de notar el calor de la mía.
Luego, cuando quieras abrazarme y yo...no esté
Luego, cuando te vayas a dormir y yo...no esté.
Luego, cuando te gires en la cama y yo... no esté.
Luego...cuando vuelvas a tu vida y yo...no esté.
¿Me echarás de menos luego? preguntó ella. Y él respondió...