Una tarde de compras, una cualquiera de un frío día de invierno.
Abrigos, bufanda y tus manos para calentar las mías.
Una de esas en las que sales a comprar algo, sin saber muy bien qué. En la que miras cientos de escaparates y curioseas en mil sitios. En las que tomas un café para hacer un pausa entre tienda y tienda. Una en la que charlas, te ríes, y te pruebas esos sombreros o esas gafas que nunca te pondrías. Una en la que salir de compras no es más que una excusa para pasar tiempo con esa persona que te acompaña. Un tiempo precioso, en el que los minutos no tienen prisa por marcharse y se convierten en largas horas. Y que esas horas sean siempre a tu lado. Y sin que te des cuenta ya tienes un regalo, uno para mí. Esa tarde, esas risas, ese café, ese tiempo...uno de esos regalos que ni se vende ni nadie puede comprar
¿Me llevas de compras?