Bebió un sorbo de la copa
que sostenía en las manos, el cava estaba frío todavía. Dejó que le recorriese
la garganta y se llevase con él la sensación de soledad que la embargaba en ese
momento. Se tragó a la vez un par de lágrimas que llevaban rato
atenazando su garganta. Miró hacia atrás, a la fiesta. Nadie le prestaba
atención, nadie se daría cuenta, mejor así pensó. Soltó la copa en el suelo.
Desabrochó las hebillas que sujetaban las sandalias de tacón a sus tobillos y
se descalzó. La falda amplia de su vestido no le impediría alzar las piernas hasta
poder subirse a la balaustrada. La sintió fría entre las piernas antes de
girarse y quedar sentada de cara al precipicio. El viento le apartó el cabello
de la cara, tal vez para darle oportunidad de ver con claridad. Lo que iba a
hacer estaba decidido, era la única manera de no faltar a su promesa, y la
única, de hacer lo que creía justo. De todas maneras vivir resultaba
últimamente demasiado doloroso, y aquella era la forma de librarse del dolor. Repasó
mentalmente en pocos segundos todos los pormenores, había tenido cuidado con
los detalles, nada podía salir mal salvo, que le faltase el valor en el último
momento. Eso no iba a pasar. Cerró los ojos y contuvo el aliento pensando que
solo saltaba al agua. Alzó los brazos, como si fuese a echarse a volar, y se
dejó caer. No llegó a oír los gritos de quienes la llamaban a voces para que se
detuviese, porque la ensordeció el viento. Y mucho menos los de los que la
observaban desde arriba, porque se había perdido en la oscuridad de la
inconsciencia. Algunos apartaban la mirada de aquel cuerpo que la espuma,
teñida de rojo, trataba de cubrir sobre las rocas.
Tradúceme.
martes, 28 de junio de 2016
lunes, 27 de junio de 2016
No me mires así...
No,
no me mires así, si vas a tratarme como a una puta será mejor que empieces a
pagarme. ¿Cuánto vale para ti lo que te he dado? Hablo del sexo, el amor te lo
regalo. Yo he pagado por lo poco que me das, he pagado un precio. Te lo has
cobrado en lágrimas y en soledad, en sumisión, en obediencia, en esperanzas y
paciencia. Ya no me queda nada más que darte. He vaciado mi corazón hasta
sangrar la última gota de amor. Y ahora que ya no tengo más de todo eso, usas
mi cuerpo. Pero esta cascara vacía no te sirve, no te sacia, no te sosiega.
No,
no me mires así, como si estuviese loca. Llevo años advirtiéndote que este
momento llegaría. Ahora me duele igual tenerte así, que perderte por completo.
No queda nada que poner en la balanza, solo tus ganas de vaciarte en mí, y eso,
no pesa nada para mí.
No,
no me mires así, no te odio, nunca lo haré, te he amado como a nadie. Yo misma
arranqué pedazos de mi corazón y los até al tuyo, en un vano intento de formar
parte de ti. Tienes tantos que apenas me queda nada, y no, ni siquiera voy a
pedirte que me los devuelvas, quédatelos. Algún día te serán necesarios, cuando
estés solo, y lo único que te quede sea el recuerdo lejano y cálido… de lo que sentí por
ti.
viernes, 24 de junio de 2016
Tu agua
Creerás que puedes retener el agua entre las manos, que no escapará de entre tus dedos, que no terminarás perdiendo hasta la última gota. Tal vez cuando la lleves hasta tu boca queriendo saciar tu sed, sea demasiado tarde, y no haya más que un rastro de humedad. Un vestigio de lo que tenías, y ya no tienes. De lo que fue, y ya no es.
Debiste beberme cuando me tenías en tus manos. Cuando era yo quien se aferraba a tus dedos para no caer. Cuando una y otra vez, regresaba a ti... intentado ser...tu agua.
Debiste beberme cuando me tenías en tus manos. Cuando era yo quien se aferraba a tus dedos para no caer. Cuando una y otra vez, regresaba a ti... intentado ser...tu agua.
domingo, 19 de junio de 2016
Esas ganas...
Esa impaciencia que apenas se contiene, que no quiero que contengas, que no quiero contener. Esas ganas de piel, de tu piel, en mis manos, en mi labios, en mi cuerpo. Esas ganas de penumbra, de luz del sol, de día, de noche, de luz de luna, de velas. Del brillo de tus ojos perdidos en los míos. Esas ganas de susurrar, de gritar. Esas ganas de confidencias, de silencios. De latidos de corazón que se aceleran, que se sosiegan. Esas ganas...de tus ganas...
viernes, 17 de junio de 2016
Cuéntame tu secreto...
Cuéntame un secreto, uno que no le contarías a nadie. Que esté guardado muy dentro de ti. Algo oscuro, pecaminoso, lujurioso, o tal vez hermoso y tierno. Un deseo.Un sueño. Un anhelo. Algo que te erice la piel al pensarlo. Uno que te ponga nervioso y que haga te suden la manos. Que te haga sonreír cuando caminas a solas, recordando o imaginando. Uno con el que fantasees o uno que sea real. Cuéntamelo, sé que lo tienes, lo veo en la manera en que te brillan los ojos. Veo las ganas de confesármelo en la punta de tu lengua, está ahí, estás a punto de contármelo. Venga...casi puedo oír como te late el corazón de impaciencia, no te lo guardes, lo estás deseando, quieres compartirlo con alguien, confía en mi, yo...no se lo diré a nadie, soy el silencio...
lunes, 13 de junio de 2016
Por favor...miénteme.
Se piadoso, miénteme. Apiádate de mí, aplaca el dolor de conocer la realidad. Alivia la pena de ser yo quien me mienta a mi misma. Sana con una mentira mis heridas. Seca mis lágrimas faltando a la verdad. Libérame de la certeza de saber que me equivoqué. Hazme pensar que estoy en un error al creer que lo que ahora sé, lo que veo, lo que siento, es la verdad. Haré de tus mentiras mi religión, tendré fe en tus palabras. Sonreiré y soñaré refugiada en tus mentiras, se compasivo, miénteme, Volveré a amarte con devoción, pero antes, ciégame con tu falsedad. Se clemente, miénteme. Ten clemencia, y deja que vuelva a creer en ti.
domingo, 12 de junio de 2016
Me esconderé en tu memoria...
Algún día no seré más que un puñado de recuerdos, uno cada vez más pequeño. Cenizas que se esparcirán en el viento, para ir a caer a un lugar donde nada importen a nadie. Apareceré brumosa en alguno de tus sueños, y te esforzarás por recordar quien soy cuando despiertes de él en la madrugada. Para volver a dormir desechando la idea de que alguna vez, me hayas conocido. Puede que acuda a tu memoria mezclada con algún sabor dulce, o tal vez con el salado de las lágrimas. Seré una nota olvidada en un cajón.Una fotografía amarillenta escondida entre las páginas de un libro, que nunca releerás. Algún día no seré nada. Solo un déjà vu, cuando huelas un perfume, oigas una risa, o sientas que te late el corazón...
sábado, 4 de junio de 2016
Yo...no te quiero.
Cuando alguien me dice que no
me quieres, respondo que yo a ti, tampoco.
Trato de que no te cueles bajo
mi piel más de lo necesario. Intento mantenerte en la superficie, que los sentimientos no ahonden en mi corazón.
Cuando me dicen que si sé a
qué estoy jugando, qué si lo tengo claro, respondo que cristalino.
Intento leer las reglas de este juego todos
los días. Las aprendo de memoria, para no dejarme ganar. Perder me ha dolido demasiadas veces.
Sin embargo, una pequeña parte
de mí está siempre atenta a la más mínima señal. Buscando rastros de ese amor
que dicen que no me tienes.
Atesoro palabras, frases
sueltas, dichas en momentos en los que no estás en guardia.
Y hoy, sin querer, me has
llamado cariño. Una palabra simple que no te había oído decir antes. La
guardaré con alguna otra, junto a un par de amaneceres, la luz de las velas reflejada en tus ojos, el sabor de tus besos cuando nos encontramos, el calor de tus caricias cuando me das las buenas noches y muchas de tus sonrisas. Puede que sea una mala costumbre mía, una manía, la de guardarlo todo...
Sé que no me quieres, que no me amas, sé que
no estás enamorado de mi, y ten claro, que yo de ti... tampoco.
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