Tradúceme.

sábado, 30 de agosto de 2014

Cerraste los ojos a mi lado, como tantas veces después de hacer el amor. Hacía frío y me pegué a ti, y tú me rodeaste con tus brazos para tenerme todavía más cerca. Era de noche y  la habitación estaba en penumbra, una luz tenue entraba por la rendija de la ventana. No eran más que las farolas de la calle, pero quise imaginar que era la de la luna llena. Te oía respirar tranquilo, sereno, sosegado, saciado de mí. Te llené de pequeños besos y te susurré cuanta palabra de amor salía de mi corazón. Sentí como te abandonabas al sueño teniéndome aún entre tus brazos. Guardé silencio y me quedé quieta para no despertarte, era la primera vez que dormías junto a mí. Morfeo quería cerrar mis ojos, sumirme en el mundo de los sueños donde nunca puedo tenerte. Donde mis miedos gobiernan y siempre me alejan de ti. No quería dormir, si lo hacía despertaría. Si despertaba me daría cuenta de que no estabas, que una vez más soñaba despierta. Que ya te habías marchado, y que las sábanas estaban frías. Que lo que recorría mi cara no eran tus besos si no solamente mis lágrimas.
No quería dormir, no quiero despertar.
No sé si tengo los ojos abiertos...o cerrados.