Algunas veces...
Desesperada...
Me arrancaría la piel, mi piel, esta piel que tanto disfruta de tus caricias. La destrozaría hasta hacerla jirones, hasta que no quedase ni el más leve rastro en mí de ella, de ti.
Me sacaría los ojos, mis ojos, estos ojos que te miran con amor. Los separaría de sus órbitas, hasta dejar de estar ciega, ciega de amor, por ti.
Me cortaría la lengua, mi lengua, esta que anhela siempre tus besos. La cercenaría hasta que no fuese capaz de pronunciar nunca más tu nombre, para que no vuelva a gritar...te quiero.
Me vaciaría el pecho, extirpando con mis propias manos el corazón. Este corazón, mi corazón, que solo vive por ti. Lo arrojaría a tus pies, sangrante, palpitante, agonizante. Y te pediría que lo aplastases, que acabases con este sufrimiento, con este dolor. Que no mantengas en él esta vida a medias.
Y entonces...
Me abrazo sola esta piel que te añora. Cierro los ojos para verte en mis recuerdos, Pronuncio tu nombre en voz baja, y susurro un te quiero. Noto el lejano sabor de tus besos en mi boca, y el corazón me late vivo, tan vivo...tan vivo...
Que...
Ya no desespero...
Solo te espero...