El final tuvo lugar mucho antes que el principio. Terminamos
algo que no habíamos comenzado. Con el paso del tiempo comprendí que en
realidad no me llegué a enamorar de ti,
solo a desenamorar. Que no te llegué a conocer, sino que me di cuenta de la
manera en que te desconocía. Que no me hería el perderte, sino que me sanabas
de otras heridas al no tenerte. Que no me abandonaste, porque seguías estando ahí. He olvidado todos esos recuerdos que tenía, de momentos que no viví.
Sin
embargo, todavía perdura en mi memoria aquella vez que te abracé. Aún soy capaz
de rememorar el calor de tu cuerpo tan cerca del mío, tu risa en mi oído, tu
beso en mi mejilla, y el olor de tu pelo…