Tradúceme.

lunes, 3 de octubre de 2016

Deja que te mire...


Dicen que los ojos son el espejo del alma, que no hay nada que no diga una mirada, que silenciarlas es imposible, que basta mirar a alguien a ellos para saber lo que siente. Yo no lo creo.
Apenas me separan de ti unos centímetros. Estoy tan cerca que huelo tu perfume y siento el calor que emana tu cuerpo. Tan cerca que si me atreviese a alargar la mano podría tocarte, acariciarte. A tan poca distancia que veo el brillo húmedo de tus labios cuando sonríes, y si me atreviese, con tan solo acercarme un poco, podría besarte. Y te estoy mirando, fijo mis ojos en los tuyos, tanto, que veo en ellos algunas motitas de un color caramelo más oscuras. Te sonrío, poniendo en en mi sonrisa toda la intención del beso que deseo. Añado a mi mirada todos esos sentimientos que me callo, dejó que te susurre lo que eres para mí, que te grite lo que quiero y que te diga, que no me atrevo. Intento que sea intensa, expresiva, inolvidable, que te atrape y no seas capaz de apartar la tuya. Que si es verdad lo que dicen, tu alma y la mía se hablen. Sin tan solo fuese capaz de pronunciar las palabras que ahora mismo pronuncian mis ojos mientras te miro. Si tú fueses capaz de leer en ellos, de ver como te ama mi alma, si pudieras oírlos...
No puedo culparte, tampoco yo puedo ver lo que sientes con tan solo mirarte, o puede que sí, y por eso...no me atrevo.